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martes, 21 de diciembre de 2010

BIO-ENERGY

LA HIPERTENSIÓN Y LA SAL
La hipertensión arterial es una condición médica caracterizada por un incremento continuo de las cifras de presión arterial por encima de 139/89 mmHg y considerada uno de los problemas más importantes de salud pública en países desarrollados, afectando a cerca de mil millones de personas a nivel mundial. La hipertensión es una enfermedad asintomática y fácil de detectar, sin embargo, cursa con complicaciones graves y letales si no se trata a tiempo.

¿Te gustan las comidas “sabrosas” pero evitas la sal, con pesar, porque tienes alta la tensión arterial?
El abuso, así como el rechazo de la sal, nos informan de un desequilibrio energético de los riñones. La medicina tradicional china, lo atribuye a un bloqueo del elemento agua, cuyos órganos más importantes son los riñones.
Un bloqueo en esos órganos no significa, normalmente, que nuestros riñones estén enfermos, la mayoría de las veces, se trata tan sólo de un desequilibrio del sistema renal respecto al resto de los órganos. La relación entre la disfunción renal y la hipertensión se refleja no sólo en la medicina china, sino también en la medicina alopática. La cultura china nos dice que lo salado potencia el riñón y la medicina alopática aconseja reducir o eliminar la sal para la hipertensión. Pues bien, según un reciente estudio publicado en prestigiosas revistas de la República Checa el año pasado, la Asociación Alemana de Dietética y Medicina Alimentaria, confirma de manera científica que el abuso de la sal apenas influye de manera significativa sobre el aumento de la presión arterial.
Tan sólo un 15% de la población es sensible al consumo de sal (en relación al aumento de la presión arterial) e incluso en ese grupo de personas, una dieta libre de sal tan sólo ha conseguido reducir los niveles de presión arterial en 5 mililitros de la columna de mercurio del tensiómetro.
Un efecto mayor ha tenido sin duda la pérdida de peso corporal.

Si sometemos a nuestro organismo a periodos prolongados sin sal, más que ayudarlo acabaremos perjudicándolo, ya que la economía de sales y de agua tiene una estrecha relación, y más aún en personas mayores que pueden correr el riesgo de deshidratación y colapso de las funciones cardiovasculares en caso de falta de sal asociada a una escasa ingesta de agua.
Hechos los cálculos de la cantidad correspondiente a una persona, equivaldría a ingerir ½ kg de sal diaria. Además la comparación automática de los resultados fue errónea, ya que nuestro cuerpo reacciona de manera diferente poniendo en marcha una compleja serie de mecanismos de defensa, lo cual ya se viene comprobando desde los años 90. Lo que realmente sobrecarga nuestro aparato renal y sistema linfático, es el exceso de metabolitos como deshecho del proceso metabólico de la proteína y del núcleo de ésta, las llamadas sales ácidas. Y aún se verán más afectadas, en comparación, aquellas personas con baja actividad de las proteasas y nucleasas, que en ocasiones viene determinado por cargas genéticas. Pero detectarlo y tratarlo de manera efectiva desde el punto de vista médico es casi imposible.

Tomarlos de manera preventiva en época de invierno, y más teniendo en cuenta la proximidad de las fiestas navideñas, donde son inevitables los excesos, es un buen consejo que, unido a la reducción de carnes rojas y lácteos, puede obrar “milagros” en nuestro cuerpo. Para recuperar la actividad enzimática y el correcto funcionamiento del sistema renal y linfático, podemos tomar el preparado bioinformativo. El test de resonancia con el Supertronic nos ayudará a hacer la correcta elección.

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