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jueves, 20 de enero de 2011

ALIMENTACIÓN ENERGÉTICA

ALIMENTACIÓN ENERGÉTICA
SEGÚN LA FILOSOFIA M.T.CH. LOS CINCO SABORES

En la fisiología del aparato digestivo observamos que se producen una serie de fenómenos motores, secretores y de absorción que comienzan desde el momento de la ingesta del alimento y persisten hasta la eliminación final de los residuos que no son útiles al organismo.
Todos sabemos que la fuerza de un árbol no reside en sus ramas sino en su raíz. Del mismo modo, la fuerza biológica del ser humano no proviene de sus brazos o de sus piernas sino de su organismo-raíz, es decir, de sus órganos de digestión. Este sistema elabora los alimentos que se ingieren mediante unas vellosidades intestinales que son parecidas a raíces, además, extrae las substancias alimenticias y provee de ellas a todo el organismo. Debido a que este sistema también elimina desechos, veneno (toxinas) y “basura” del metabolismo, desempeña además (en el más amplio sentido de la palabra) una función fundamental para la salud del conjunto del cuerpo humano.
La enfermedad por reflujo gastro-esofágico, el colon irritable o el cáncer colo-rectal afectan cada vez con más frecuencia a la población española, posiblemente a causa del estilo de vida actual caracterizado por el estrés y la mala alimentación.

Todo empieza en la boca: masticación e insalivación.
Recordemos que no nos nutrimos de lo que entra por la boca sino de lo que llega finalmente a la célula. Se denomina biodisponibilidad a la medida de la cantidad de un nutriente ingerido que es absorbido y está disponible para su uso metabólico en el organismo.
Por ello, es conveniente realizar una buena masticación e insalivación porque se obtienen los siguientes beneficios:
  • Se desintegra el alimento.
  •  Se produce saliva que contiene mucina (moco lubricante) y la enzima que hidroliza los hidratos de carbono (la ptialina).
  •  La saliva contiene una hormona (la parotina) que estimula el metabolismo y el timo.
  • Se favorece la acción del simpático.
  • Se estimulan los meridianos del estómago (mandíbula superior) y de los intestinos (mandíbula inferior), preparándolos para el proceso digestivo.
  • En ausencia de saliva proliferan los procesos infecciosos bucales (caries o abscesos).
  • Se ajusta el contenido de agua en los alimentos. Cuando se ingieren alimentos muy secos como los panes, las galletas, la bollería o las frutas desecadas, deberíamos masticar hasta reponer el agua que les falta.
  • Cuando el alimento no está bien masticado y sus fragmentos son demasiado grandes para ser adecuadamente descompuestos la consecuencia es que se produce una digestión incompleta. Y no sólo no se extraen todos los nutrientes que contienen los alimentos, sino que lo no digerido adecuadamente se convierte en sustento para bacterias que proliferan en el colon y pueden provocar un sobre crecimiento bacteriano, flatulencia y otros síntomas de mala digestión.
Para explicitar aún más los beneficios de una buena masticación es conveniente apreciar este proceso desde varios puntos de vista:
  • Físico. Masticar adecuadamente permite triturar los alimentos y convertirlos en un bolo alimenticio perfectamente digerible. Sin embargo, cada porción de alimento que se cuela garganta abajo sin triturar supone un enorme esfuerzo para los órganos implicados en la digestión.
  • Como las enzimas digestivas no pueden penetrar en esas porciones de alimento, necesitan erosionar las superficies de los mismos hasta llegar al centro. En consecuencia, el proceso de digestión se hace más trabajoso y lento, produciéndose además las fermentaciones y los gases. Por lo tanto, no es exagerado afirmar que muchos de los problemas digestivos tienen su origen en el proceso de la masticación. 
  • Químico. Cuando se realiza una buena masticación, es decir, cuando se mezclan óptimamente las enzimas salivales con el alimento, se logra una pre digestión y se inicia adecuadamente el proceso químico digestivo que se desarrolla en el interior del organismo. 
  • Informativo. El sabor, el color, el olor y la textura de los alimentos son valiosas informaciones para que el organismo active unos u otros órganos de secreción interna, dependiendo de los estímulos gustativos recibidos. Recuerde que las papilas gustativas son sensores de información que registran las características nutricionales de cada alimento concreto; por tanto, es conveniente que la comida permanezca en la boca el tiempo necesario. Además, esto ayudará a que la sensación de plenitud se alcance más rápido y en el momento adecuado para así evitar los excesos.
  • Emocional. Aunque en un primer momento nos parezca algo sorprendente, los sabores de los alimentos estimulan ciertos órganos y sus emociones correspondientes, de ahí que se requiera masticar adecuadamente para que el cerebro registre plenamente el sabor de la comida y, por ende, active determinados órganos. Esto es algo que se conoce y practica desde hace milenios en la medicina tradicional china. Analicemos, pues, los distintos sabores y sus correspondencias orgánicas:
  • El sabor ácido activa el hígado y la vesícula mientras seda el bazo y el páncreas. Favorece además la digestión de alimentos grasos y pesados. También se puede utilizar para fomentar la creatividad e iniciativa. Ayuda a salir de la preocupación al fomentar la actividad. Pero no debemos abusar de este sabor si tenemos tendencia al enfado.
  • El sabor amargo estimula el corazón, la circulación sanguínea y el intestino delgado, sedando los pulmones. Favorece la seguridad en uno mismo. Ayuda a evitar la tristeza y fomenta la alegría. No debemos abusar de él (por ejemplo, tabaco y/o café) cuando el corazón esté sobrecargado y en estados de euforia.
  •  El sabor dulce estimula el bazo y el páncreas, también favorece la actividad mental y relaja al hígado. Es importante que reduzcamos su consumo si tenemos tendencia a la preocupación y a la obsesión. Ayuda a salir del miedo y favorece la reflexión.
  • El sabor picante estimula los pulmones y el intestino grueso que, cuando se alteran, producen tristeza. Fortalece la voluntad y ayuda a calmar los estados agresivos.
  • El sabor salado activa los riñones y la vejiga, pero también puede sobrecargarlos. Si es utilizado adecuadamente calma la euforia excesiva fomentando la prudencia.
Como norma general, hay que tener en cuenta que el sabor del que abusamos es el que menos nos conviene. El equilibro reside en el uso moderado de los diferentes sabores.
  • Mental. El aparato digestivo tiene cierto paralelismo con la función de recepción de las ideas y las experiencias de la vida y cómo éstas se "digieren". La boca y el estómago realizan una función de transformación, el intestino delgado de absorción y el grueso de eliminación. Por tanto, la capacidad de masticar de una persona nos da una idea de cómo transforma las experiencias de su vida y cómo las asimila. Quizás sea algo evidente decir que uno de los grandes errores de esta época actual es vivir experiencia tras experiencia, sin darse el tiempo necesario para asimilarlas adecuadamente. Esta manera de vivir deprisa, sin sabiduría, muestra su reflejo en la manera rápida y escasa de masticar los alimentos. "¿Para qué perder tiempo en ello si hay tantas cosas que hacer?" Sin embargo, masticar bien fomenta la paciencia, tan necesaria para conseguir la buena calidad de vida que todos pretendemos alcanzar.
  • Energético. La medicina tradicional china nos enseña que la saliva es un fluido que contiene una gran carga de energía vital o "chi". Pues bien, al masticar y ensalivar adecuadamente un alimento éste se mezcla con el fluido corporal, y de esa manera es más fácil para el organismo reconocer el alimento como algo propio y, además, se carga de energía. Según las tradiciones ancestrales de la India, gran parte de la energía vital (prana) de los alimentos se absorbe en la boca durante la masticación.
La lengua también ayuda para realizar el proceso de mezcla. El bolo de pequeñas partículas mezcladas y lubricadas formado por la saliva es deglutido hacia el esófago.



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