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viernes, 10 de diciembre de 2010

ALIMENTACIÓN ORTOMOLECULAR

SALUD DIGESTIVA
Un viaje a través de nuestro sistema digestivo

Enfermedad inflamatoria intestinal:
Enfermedad de Crohn, colon irritable y colitis ulcerosa

La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa son dos enfermedades que, por su similitud, se agrupan bajo el término genérico de enfermedad inflamatoria intestinal.
La colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn son diferentes del síndrome del intestino irritable o IBS (Irritable Bowel Syndrome). Éste es un desorden que afecta la motilidad (contracciones musculares) del colon, también se le denomina "colon espástico" o “colon irritable”, pero el IBS no se caracteriza porque haya síntomas de inflamación intestinal. La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa son la consecuencia de una inflamación crónica del tubo digestivo producida por causas desconocidas.
Sin embargo, se sospecha que debido a la influencia de ciertos factores genéticos y algunos factores ambientales, se desencadena una respuesta auto inmunitaria de carácter crónico y progresivo en la totalidad del organismo, aunque se manifiesta de modo predominante en el tubo digestivo.
Algunas sustancias extrañas (antígenos) en el ambiente (por ejemplo, un virus o una bacteria) pueden ser la causa directa que provoca la inflamación, o también, puede ocurrir que estimulen las defensas del cuerpo y provoquen una inflamación que posteriormente continúa sin control. Los investigadores creen que, una vez que el sistema inmunológico del paciente con EII es "detonado", después no sabe como "apagarse" adecuadamente en el momento oportuno. Como resultado de lo anterior, la inflamación daña el intestino y causa los síntomas de EII; por este motivo, el objetivo principal de la terapia es intentar regular mejor el sistema inmunológico de los pacientes.

Asimismo, la investigación ha demostrado que el estrés puede ser un factor que contribuya a padecer la enfermedad inflamatoria intestinal, también puede contribuir a que se exacerbe la enfermedad ya en curso.
La inflamación puede ser, al menos en parte, el resultado de una reacción excesiva de la flora intestinal anormal.
Sin embargo, la inflamación aumenta la demanda de estos importantes antioxidantes lo cual conduce a un desequilibrio entre pro-oxidantes y antioxidantes, y el consiguiente daño de la mucosa.
Una alteración en la mucosa de la barrera clónica induce a una mayor permeabilidad intestinal, según se ha demostrado en pacientes con colitis ulcerosa.

SIGNOS Y SÍNTOMAS
La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa comparten los siguientes síntomas y signos:
• Diarrea crónica causada por la inflamación de la mucosa en las áreas afectadas.
• Dolor abdominal cólico debido a las dificultades que presenta el paso de su contenido por los segmentos donde la pared intestinal está engrosada.
• Sangre en las heces.
• Cansancio (astenia) relacionado con la anemia causada por la sangre que se pierde por las heces. Además, en la enfermedad de Crohn, la inflamación de la pared del intestino delgado dificulta la absorción a su través de los alimentos convertidos en nutrientes, lo que contribuye a la pérdida de fuerzas.
• Pérdida del apetito (anorexia).
• Pérdida de peso.
• En los casos graves, fiebre e intensa reacción general del organismo ante la autoagresión inmunitaria.

DIFERENCIAS ENTRE LA ENFERMEDAD DE CROHN
Y LA COLITIS ULCEROSA

A pesar de estas similitudes sintomáticas enunciadas anteriormente, también hay claras diferencias entre enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa:
En la enfermedad de Crohn la inflamación de la mucosa puede aparecer en cualquier lugar del tubo digestivo, desde la boca hasta el ano, y extenderse desde la mucosa hasta las capas más profundas de la pared. Se pueden presentar parches de tejido sano en medio de las áreas enfermas.
Se han diferenciado varias categorías de la enfermedad de Crohn según la porción del tracto digestivo que esté involucrado y la sintomatología que se presente: Ileocolitis (es la forma más común de la enfermedad de Crohn, afecta al íleon y colon); ileítis (afecta solamente al íleon, pueden aparecer úlceras y abscesos inflamatorios); enfermedad de Crohn gastroduodenal (afecta al estómago y duodeno, es posible que acaezca una obstrucción intestinal); yeyunoileítis (afecta al yeyuno en áreas de inflamación que forman parches de inflamación desiguales, es posible que surjan fístulas); colitis de Crohn (afecta solamente al colon y ano, es posible que aparezcan fístulas anales, abscesos y úlceras).
Por el contrario, en la colitis ulcerosa (aunque también pueden desarrollarse úlceras pequeñas que sangren) la inflamación se limita estrictamente a la capa mucosa y submucosa de la pared del colon y del recto. Cuando la colitis ulcerosa afecta solamente a la parte inferior del colon y el recto, se llama proctitis ulcerosa. Si la enfermedad afecta solamente el lado izquierdo del colon, se denomina colitis limitada o distal. Y si involucra el colon completo, se denomina paniculitis.
Las pérdidas locales a causa de la apoptosis del epitelio del colon constituyen la principal lesión de la colitis ulcerosa moderada. Las colitis ulcerosas diagnosticadas de moderadas a graves se caracterizan, no sólo por estas pérdidas locales, sino también por unas lesiones ulcerosas altamente permeables. El tratamiento médico que se aplica para que remita la enfermedad consiste en intentar que disminuya la inflamación y mejorar la integridad de la barrera intestinal.


COMPLICACIONES
Las complicaciones de la enfermedad de Crohn son las siguientes:
·         Úlceras: pueden localizarse en cualquier lugar del tubo digestivo, desde la boca al ano, aunque la mayoría de las veces se localizan en la porción más distal del intestino delgado (íleon) y en el colon.
·         Fístulas: comunicaciones anormales como consecuencia del proceso erosivo de una úlcera, se localizan entre dos segmentos del tubo digestivo o entre el tubo digestivo y la piel. Las fístulas entre dos segmentos del tubo digestivo funcionan como un atajo para los alimentos que, de este modo, se escapan de las áreas donde se produce normalmente la absorción de sus nutrientes; y las fístulas entre un segmento del intestino y la piel funcionan como una salida al exterior del contenido intestinal.
·         Obstrucción intestinal: se produce por el engrosamiento de las paredes intestinales.
·         Fisuras: son grietas en el ano o en la piel que rodea al ano.
·         Malnutrición: está causada por la diarrea, la pérdida de capacidad de absorción del tubo digestivo y el dolor abdominal cólico que dificulta comer.
·         Otras complicaciones sistémicas, no intestinales, de la enfermedad de Crohn son: la artritis, la iritis (inflamación del iris ocular), el eritema nodoso (en la piel) y la inflamación de los conductos biliares (colangitis esclerosante).
  • La complicación más característica de la colitis ulcerosa es el denominado: megacolon tóxico. Consiste en que el colon se paraliza, por lo que se detiene el paso de las heces y los gases a lo largo de su luz, esto anterior provoca un dolor abdominal agudo, fiebre y una grave alteración del estado general del paciente. Sin tratamiento en el momento oportuno, el colon termina por romperse y provoca una peritonitis de pronóstico muy grave.

TRATAMIENTO DIETÉTICO
Los hábitos dietéticos en la pre-enfermedad pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad de Crohn en individuos susceptibles. La investigación ha demostrado que la alta ingesta de carbohidratos y azúcar influyen significativamente en el desarrollo de la EII. Si bien los investigadores no distinguen entre la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, tanto el consumo de disacáridos como de monosacáridos aumentan el riesgo de padecer la EII. Por tanto, la sacarosa está asociada al mayor riesgo de padecer EII, esta propensión es estadísticamente importante en pacientes con enfermedad de Crohn. En su dieta, los pacientes con EII muestran una significativa menor ingesta de frutas, fibra, y hortalizas. En otro estudio realizado con  pacientes, se confirmó que mostraban una mayor ingesta total de hidratos de carbono, almidón y azúcares refinados, inmediatamente antes de que se les diagnosticara la enfermedad de Crohn.
Según parece, entre los alimentos que provocaban los síntomas se incluyen: los cítricos, los productos lácteos, la carne de cerdo, los tomates, la piña, los mariscos, los alimentos picantes y el curry, las manzanas, las uvas y el melón.

Recomendación dietética: Evitar la ingesta elevada de carbohidratos y azúcar refinado. Aumentar la ingesta de frutas, fibra y hortalizas. Descartar alergias e intolerancias alimentarias. Evitar los alimentos sensibilizantes.

APOYO NUTRICIONAL Y FITOTERAPIA
Debido a la amplia cantidad de efectos secundarios que hay asociados a los fármacos empleados en la EII, y a las deficiencias de nutrientes que conlleva esta patología, es importante esforzarse en intentar mantener la remisión de los síntomas mediante los cambios en la dieta y la suplementación con complementos alimenticios y preparados de fitoterapia.
Complementos alimenticios
La malnutrición es una característica que frecuentemente acompaña a la enfermedad inflamatoria crónica intestinal.
Vitamina A y carotinoides
Los carotinoides y el retinol desempeñan un papel esencial en la mejora de la integridad de la mucosa del intestino.
Cantidad recomendada por los expertos:
Vitamina A: de 5.000 a 25.000 UI al día.
Betacaroteno: de 25.000 a 100.000 UI (15-60 mg) al día.
Precauciones: No emplear dosis altas de vitamina A durante el embarazo (no exceder de 5.000 UI/día) a no ser que lo aconseje un profesional de la salud. Si se requieren niveles elevados de vitamina A, los suplementos de complejos de carotinoides pueden ayudar a incrementar la actividad de la vitamina A sin riesgo de toxicidad.
Los fumadores y las personas que hayan inhalado partículas de amianto, deben evitar suplementarse con beta caroteno sintético e incluso con altas dosis de beta caroteno natural aislado (no superar los 7 mg/día).
Niacina (vitamina B3)
Se ha descrito que, en unos pocos casos excepcionales, la pelagra (déficit de niacina) también afecta a las personas que padecen la enfermedad de Crohn.
Cantidad recomendada por los expertos: 100 mg al día, con las comidas.
Precauciones: Siempre que se suplemente con alguna de las vitaminas del complejo B, de modo individual y durante períodos prolongados, es conveniente administrar el complejo B completo para evitar desequilibrios del resto de las vitaminas.
Ácido fólico
En los pacientes con colitis ulcerosa, el estado del ácido fólico en el organismo puede deteriorarse a causa de una serie de factores, entre otros, destacan: la reducción de la ingesta alimentaria, la hemólisis de células rojas secundaria a la terapia crónica con medicamentos, la diarrea crónica, y la terapia con sulfasalazina que interfiere la absorción de folato. El deterioro del transporte y de la absorción intestinal se traduce en la alteración estructural de las células de la mucosa intestinal, propiciando con ello la mal absorción y la transformación celular. Los pacientes con enfermedad de Crohn, frecuentemente, tienen dietas carentes de hojas verdes frescas, verduras y frutas (que son las fuentes naturales de la dieta de ácido fólico) por temor a que estos alimentos exacerben sus síntomas.
La deficiencia de folato está asociada con tener niveles elevados de homocisteína, frecuentemente observados en los pacientes con colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn.
Cantidad recomendada por los expertos: de 400 mcg a 1 mg al día, con las comidas.
Precauciones: Siempre que se suplemente con alguna de las vitaminas del complejo B, de modo individual y durante períodos prolongados, es conveniente acompañarla del complejo B completo para evitar desequilibrios del resto de las vitaminas.
Vitamina B12
Entre el 20% y el 60% de los pacientes con enfermedad de Crohn que además padecen afectación o resección del íleon terminal, también tienen deficiencia de vitamina B12.95
Vitamina C
Gran parte de la investigación sobre la EII se ha centrado en la etiología del proceso inflamatorio y la función que desempeña el estrés oxidativo en relación al daño del tejido intestinal.
Los investigadores postularon que el estrés oxidativo causado por las células inflamatorias, contribuyó a la pérdida significativa de la capacidad amortiguadora de los antioxidantes, y en consecuencia, retrasando la recuperación tisular.
Los autores suponen que el ascorbato se concentra en los tejidos a consecuencia de la importancia de la vitamina C en la formación de colágeno.
Cantidad recomendada por los expertos: de 500mg a 1.000mg, con las comidas.
Precauciones: en pacientes con el ácido úrico elevado, la administración de la vitamina C se iniciará con dosis bajas; posteriormente, se aumentará la dosis de modo lento y progresivo durante un período de dos meses.
Interacciones: las personas que estén tomando anticoagulantes deben limitar la ingesta de vitamina C a 1 gramo al día; además, deben tener monitorizado su tiempo de protrombina por el clínico que realice el seguimiento de su terapia anticoagulante.
Vitamina D
La vitamina D es la vitamina liposoluble cuya deficiencia se manifiesta con mayor frecuencia en los pacientes con EII, lo cual contribuye al desarrollo de la osteoporosis.
Entre los diversos factores asociados con la mayor incidencia de la hipovitaminosis. Los investigadores examinaron las biopsias de colon de pacientes con colitis ulcerosa y con enfermedad de Crohn, al compararlos encontraron altos niveles de 1-alfa-hidroxilasa en la mucosa de los pacientes con enfermedad de Crohn. Esta enzima convierte el 25-hidroxi- en 1,25- dihidroxivitamina D, por lo tanto, la sobreexpresión de esta enzima en la mucosa inflamada puede ser la causa de la baja densidad mineral ósea que se manifiesta en la enfermedad de Crohn.
Cantidad recomendada por los expertos: de 400 a 800 UI al día, con las comidas.
Contraindicaciones: Las personas con hiperparatiroidismo no deben tomar vitamina D sin consultar al médico. Las personas con sarcoidosis no deben suplementarse con vitamina D, a no ser que un médico haya determinado que sus niveles de calcio no son elevados.
Vitamina E
Se ha observado que los niveles de vitamina E son más bajos en algunos pacientes con EII. Varios estudios encontraron niveles bajos durante la enfermedad activa, posiblemente, estos niveles bajos eran el resultado del aumento de estrés oxidativo acaecido durante inflamación.
Cantidad recomendada por los expertos: de 400 a 800 UI al día, con las comidas.
Precauciones: En caso de hipertensión arterial se comenzará administrando 100 UI de vitamina E (dosis mayores pueden elevarla) y se aumentará la dosis mensualmente.
Interacciones: Debido al incremento del riesgo de sufrir hemorragia, las personas a las que se les esté administrando terapia con anticoagulantes o que presenten deficiencia en vitamina K, no deben consumir suplementos de vitamina E (especialmente por encima de 200 UI/día) sin una estrecha supervisión médica.
Vitamina K
También se ha demostrado que la enfermedad inflamatoria intestinal está asociada con la deficiencia de la vitamina K, lo cual puede provocar protrombinas anómalas.
La vitamina K es un cofactor que interviene en la carboxilación de la proteína osteocalcina, ésta es necesaria para que se produzca la unión del calcio a los huesos. Por lo tanto, las deficiencias en los niveles de vitamina K pueden contribuir a que se padezca osteoporosis.
Calcio
Frecuentemente, la nutrición de calcio es deficiente, lo cual incrementa el riesgo de padecer osteoporosis. Los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal son proclives a tener una ingesta de calcio más baja que los controles saludables, en parte debido a que aproximadamente la mitad de ellos evitan la ingestión de lactosa en su dieta. Más aún, el calcio puede estar en cantidades deficientes en el organismo a causa de malabsorción, pérdidas intestinales aumentadas, deficiencia de vitamina D o tratamientos con corticosteroides. En un estudio, el calcio era uno de nutrientes que con más frecuencia mostraba deficiencia durante el transcurso de la enfermedad.
Cantidad recomendada por los expertos: de 500 a 1.000 mg al día, con las comidas.
Precauciones: Respetar la proporción o relación ideal que debe haber entre el calcio y el magnesio; 2-2.5 a 1.
Hierro
El déficit de hierro en la enfermedad inflamatoria intestinal está causado por las pérdidas crónicas de sangre, por la supresión de la producción de eritropoyetina y, también, por la alteración del metabolismo del hierro causado por las citoquinas proinflamatorias, los metabolitos reactivos y el óxido nítrico.
La carencia de hierro en los pacientes con EII se determina, con mayor precisión, midiendo los niveles de ferritina sérica (inferiores a 18 ng/ml. Por lo tanto, la suplementación con hierro sólo se recomienda en caso de que haya anemia determinada por analíticas, ya que la suplementación puede exacerbar la inflamación intestinal y contribuir al estrés oxidativo.
Cantidad recomendada por los expertos: de 30 a 60 mg al día, y sólo en los casos que haya anemia; si no hay anemia.
Magnesio
La deficiencia de magnesio es frecuente en pacientes con EEI, sin embargo, está por determinar si se trata de una consecuencia causada por la malabsorción y la pérdida intestinal, o si la deficiencia de magnesio es un factor consecuencia de la disminución de la ingesta alimenticia.
Cantidad recomendada por los expertos: de 300 a 500 mg al día, con las comidas.
Precauciones: Se deberá mantener la proporción entre 2 y 2,5 partes de calcio por 1 parte de magnesio (fundamentalmente cuando se suplemente con dosis elevadas durante períodos prolongados).
Interacciones: El magnesio puede interferir con la absorción de varios fármacos, reduciendo su eficacia. Se recomienda que la suplementación de magnesio se ingiera con dos horas de separación desde la administración de estos fármacos.
Selenio
El beneficio potencial del selenio para prevenir el cáncer colorrectal destaca aún más la importancia de administrarlo a los pacientes con colitis ulcerosa. Se sabe que las personas que padecen colitis ulcerosa tienen un riesgo aumentado de sufrir carcinoma de colon, por lo tanto, la deficiencia de selenio es preocupante.
Precauciones: Se deben extremar las precauciones a la hora de administrar selenio a aquellos pacientes que sufran o hayan sufrido candidiasis ya que, aunque la levadura presente está inactivada, sus componentes proteicos pueden provocar reacciones alérgicas. Para estos pacientes, se recomienda el empleo de suplementos de selenio orgánico sin levadura (L-selenometionina).
Cantidad recomendada por los expertos: de 200 a 400 mcg al día, con las comidas.
Zinc
Incluso entre pacientes extrahospitalarios estables, la deficiencia de zinc es frecuente debido a varios factores: la ingesta reducida, la malabsorción y las pérdidas intestinales aumentadas. La deficiencia de zinc está asociada a una alteración del metabolismo de la proteína de unión al retinol (RBP), la cual provoca una deficiencia de vitamina A.
Cantidad recomendada por los expertos: de 15 a 45 mg al día, con las comidas.
Fibra dietética
La fibra es terapéuticamente beneficiosa para las personas que padecen colitis ulcerosa. Las dietas con bajo contenido de fibra se han asociado con un mayor riesgo de sufrir colitis ulcerosa, lo que sugiere que una dieta rica en fibra puede proteger contra la enfermedad o la recaída. Una dieta baja en fibra es frecuentemente alta en hidratos de carbono refinados que causan espasmos musculares, lo que da como resultado un aumento de la presión en la luz del colon, contribuyendo aún más al desarrollo de la enfermedad.
Cantidad recomendada por los expertos: de 4 a 10 g de fibra de cáscara de psyllium, dos veces al día, mezclados con agua o zumo. El paciente debe comenzar el tratamiento con una dosis de entre 1 y 2 g antes de las comidas y al acostarse. Posteriormente, se aumentará la dosis gradualmente. Es indispensable mantener una buena hidratación mientras se esté tomando el psyllium.  
Precauciones: se recomienda suspender la suplementación de fibra dietética durante los períodos de exacerbación de la enfermedad y hasta que la inflamación termine; particularmente, en los pacientes con enfermedad de Crohn extensa que tengan estrecheces (estenosis) intestinales, y también, si se presentan brotes de colitis ulcerosagrave o extensa.

Probióticos
Aunque ha sido imposible aislar un agente patógeno como causante de la enfermedad, hay evidencias de que las bacterias desempeñan un papel en la colitis: las lesiones intestinales sobrevienen con mayor frecuencia en las zonas con elevada concentración de bacterias; las bacterias patógenas pueden secretar enterotoxinas capaces de alterar la permeabilidad intestinal y provocar efectos sistémicos, también pueden elaborar proteínas inmunosupresoras que interfieren en la respuesta inmune intestinal normal, y por último, pueden interferir directamente en el metabolismo de las células epiteliales, por ejemplo, en el metabolismo de los ácidos grasos de cadena corta (SCFAs). Se denomina disbiosis intestinal a cualquier cambio o desequilibrio en el número o composición de las bacterias intestinales no patógenas. La disbiosis intestinal es uno de los factores etiológicos implicados en las patogénesis de la colitis ulcerosa y de la enfermedad de Crohn.
Corroborando este planteamiento, varias investigaciones han descubierto que los pacientes con colitis ulcerosa tienen concentraciones colónicas de lactobacilos más bajas, las colonizaciones de bacterias que reducen sulfatos son más altas, y las concentraciones de cepas patógenas de E. colitis son mayores que las de personas sanas.
En algunos estudios realizados con seres humanos, la administración de un probiótico multicepa (contiene cuatro cepas de lactobacilos –Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus casei, Lactobacillus delbrueckii subespecie bulgaricus y Lactobacillus plantarum–, tres cepas de bifidobacterias –Bifidobacterium longum, Bifidobacterium infantis, Bifidobacterium breve– y Streptococcus salivarius subespecie thermophilus) ha logrado aumentar el porcentaje de remisión de pouchitis (reservoritis, inflamación del saco ileal quirúrgico) en los pacientes con colitis ulcerosa.
Cantidad recomendada por los expertos: una combinación de varias cepas distintas de probióticos que aporten, al menos, 50.000 millones de microorganismos viables al día. Aceite de pescado (aportando EPA)
En los estados de inflamación, el ácido eicosapentaenoico (EPA) se libera para que compita con el proinflamatorio ácido araquidónico en el metabolismo enzimático, induciendo así la producción de menos derivados inflamatorios y quimiotácticos. En varios estudios doble ciego, la suplementación con ácidos grasos omega-3, en forma de aceite de pescado, ha reducido la actividad de la EII, especialmente en la colitis ulcerosa.
Un reciente estudio Pan-Europeo afirma que las ingestas elevadas del ácido graso omega-6 ácido linoleico pueden duplicar el riesgo de padecer colitis ulcerosa. Sin embargo, las ingestas más elevadas de omega-3 estaban asociadas con un porcentaje del 77% de reducción del riesgo de padecer la enfermedad.  Entre ácidos grasos omega-6 y omega-3. También se ha observado que hay una correlación inversa entre la concentración sérica total de ácidos grasos omega-3 y el índice de actividad de la enfermedad de Crohn. Un cociente elevado de ácidos grasos omega-6:omega-3 en la dieta.
El efecto antiinflamatorio de los aceites de pescado puede deberse a la producción reducida de prostaglandinas inflamatorias en la forma de leucotrieno B4 y tromboxano A2, los cuales están elevados en la mucosa.
Cantidad recomendada por los expertos: de 2,5 a 3,2 gramos de EPA al día (equivalen, aproximadamente, a entre 3 y 8 perlas de 1.250 mg de aceite de pescado concentrado que contengan el 60% de omega-3), repartidos en tres tomas diarias, con las comidas.
Precauciones: debido al aumento moderado del tiempo de hemorragia cuando se administran dosis elevadas, debe monitorizarse a los pacientes que reciban tratamiento anticoagulante y también, si es necesario, debe ajustarse la dosis de anticoagulante. Asimismo, debe considerarse el aumento del tiempo de hemorragia en los pacientes con alto riesgo de padecerla a causa de trauma grave, operación, etc.
Se deberá interrumpir su uso y consultar a un profesional de la salud si se sufren reacciones adversas; éstas incluyen nauseas, cambios en la glucemia o en los niveles de los lípidos. En pacientes que padezcan alteraciones hepáticas (en particular, aquellos que reciban dosis elevadas), es necesario realizar una monitorización regular de la función hepática (ASAT y ALAT) cuando se empleen dosis elevadas.
Importante: No se ha informado que se produzcan efectos adversos de consideración a causa de la suplementación de aceite de pescado, incluso con ingestas de 15 gramos al día, durante períodos prolongados de tiempo. En dosis elevadas pueden aparecer molestias gastrointestinales como nauseas, diarrea, halitosis, eructos y aliento con olor a pescado, e incluso sudor y orina con olor a pescado.
L-Glutamina
Además de ser la principal fuente de energía para las células de la mucosa en el íleon la glutamina es un importante componente del tejido conectivo del tracto intestinal. Es crítica para prevenir la atrofia de la mucosa intestinal, las infecciones y también para reducir la permeabilidad intestinal. Los científicos creen que la deficiencia en L-glutamina puede estar asociada a padecer desórdenes gastrointestinales como el síndrome del intestino irritable y la enfermedad inflamatoria intestinal. La suplementación puede mejorar los síntomas de estas enfermedades apoyando la salud general de los intestinos.
Las infecciones, la desnutrición, la quimioterapia y otros estresores, causan alteraciones de la permeabilidad intestinal normal.
Cantidad recomendada por los expertos: de 1,5 a 3 g al día, fuera de las comidas. Es muy adecuado combinar la ingesta con el aminoácido L-arginina y los ácidos grasos omega-3.
Bromelina
La bromelina es una enzima proteolítica que se obtiene del tallo de la piña. Estudios en modelos animales con EII han demostrado el efecto antiinflamatorio de la bromelina.

Fitoterapia
Boswelia (Boswellia serrata)
La Boswellia serrata es un remedio botánico con una importante actividad antiinflamatoria.
Cantidad recomendada por los expertos: 300 mg tres veces al día.
Cúrcuma (Curcuma longa)
La elevación del factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa) es uno de los procesos inflamatorios implicados en la patogénesis de la enfermedad de Crohn. La curcumina, un flavonoide que se obtiene de la Curcuma longa (cúrcuma), es un conocido inhibidor del TNF-alfa.
El papel beneficioso de la curcumina en la enfermedad de Crohn, así como en la médula espinal y enfermedades de la retina. Se constató que la curcumina inhibe varias de las citoquinas y genes implicados en la patogénesis de la enfermedad de Crohn.
Contraindicaciones: embarazo. No administrar si hay obstrucción de las vías biliares. En caso de pacientes con cálculos biliares, es necesario realizar un control médico adecuado.
Cantidad recomendada por los expertos: 500 mg de curcumina, dos veces al día durante un mes, seguidos de 550 mg tres veces al día durante el mes siguiente.
Nota: habitualmente, los extractos de cúrcuma se estandarizan para garantizar que haya el 95% de curcuminoides. Los curcuminoides son pigmentos polifenólicos presentes en la composición de la cúrcuma, los más importantes son: curcumina (entre el 70% y 75%), demetoxicurcumina (entre el 15% y el 20%) y bisdemetoxicurcumina (aproximadamente el 3%).
En algunos preparados la cúrcuma se combina con la enzina bromelina, en opinión de los expertos, esto mejora su absorción y potenciael efecto antiinflamatorio.
Otras plantas que pueden ser de utilidad son:
Son muy importantes las mucilaginosas (por ejemplo, el olmo americano), especialmente, para tratar la colitis ulcerosa; y también las antiinflamatorias (se realizó un ensayo con resultados positivos con el Ginkgo biloba). Las plantas astringentes suaves pueden ser útiles en caso de que haya diarrea acuosa, pero las astringentes más fuertes están contraindicadas. Las plantas antiespasmódicas son útiles si hay retortijones o cuando hay hipertensión. Las carminativas nervinas pueden ayudar a las personas a relajarse. Las coleréticas son también beneficiosas debido a que la función de la vesícula biliar y la composición de la bilis son a menudo anormales en muchas personas que padecen EII.

SALUD DIGESTIVA. Un viaje a través de nuestro sistema digestivo
Protocolo de suplementación:
• Multinutriente de alta potencia
• Vitamina A (especialmente en la colitis ulcerosa): de 5.000 a 25.000 UI al día.
• Vitamina E: de 400 a 800 UI al día, con las comidas.
• Zinc: de 15 a 45 mg al día, con las comidas.
• Fibra de cáscara de psyllium (especialmente, para la colitis ulcerosa): de 4 a 10 g de fibra de cáscara de psyllium, dos veces al día, mezclados con agua o zumo. El paciente debe comenzar con una dosis entre 1 y 2 g antes de las comidas al acostarse. Aumentar la dosis gradualmente. Es indispensable mantener una buena hidratación mientras se esté tomando el psyllium. Suspender la suplementación de fibra dietética durante los períodos de exacerbación de la enfermedad hasta que la inflamación termine.

• Probióticos: una combinación de varias cepas distintas de probióticos que aporten, al menos, 50.000 millones de microorganismos viables al día.

• Aceite de pescado (especialmente en la colitis ulcerosa): de 2,5 a 3,2 gramos de EPA al día (equivalen, aproximadamente, a entre 3 y 8 perlas de 1.250 mg de aceite de pescado concentrado que contengan el 60% de omega-3).
• Bromelina: de 500 a 1.000 mg dos veces al día, fuera de las comidas.
• Boswelia: 300 mg, tres veces al día.
• Cúrcuma: de 350 a 1.050 mg al día de extracto estandarizado de raíz de cúrcuma (como mínimo, estandarizado con un 95% de curcuminoides).
Recomendaciones generales:
Es importante saber que para algunas personas que padecen la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, estas enfermedades son un riesgo para sus vidas y hay ocasiones que requieren una asistencia médica urgente. Un pequeño porcentaje de pacientes que sufren colitis ulcerosa pueden experimentar exacerbaciones que precisen la hospitalización.
En general, la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es una enfermedad crónica que requiere un tratamiento y seguimiento de larga duración.
El primer paso para un tratamiento adecuado es identificar y eliminar los factores de riesgo que desencadenan o empeoran la reacción inflamatoria.
Las pautas dietéticas generales son: evitar la ingesta elevada de carbohidratos y azúcar refinado, aumentar la ingesta de frutas, fibra y hortalizas, descartar alergias e intolerancias alimentarias, y evitar los alimentos sensibilizantes.
Las investigaciones realizadas han demostrado que el estrés es un factor que contribuye a que se desarrolle la enfermedad inflamatoria intestinal, e incluso, puede contribuir a las exacerbaciones de la enfermedad ya existente; por tanto, se recomienda un adecuado control del estrés.

SALUD DIGESTIVA. Un viaje a través de nuestro sistema digestivo
Conclusiones
El tubo digestivo es uno de los órganos más especializados del organismo.
Como filtro ha de permitir el paso de los nutrientes, al mismo tiempo, como barrera protectora debe actuar frente a las toxinas y las sustancias no deseadas.
Desde hace siglos, el sistema digestivo ha sido entendido como uno de los más importantes elementos relacionados con los estados de salud o enfermedad de las personas. En la época actual, que se caracteriza por el estrés, las dietas empobrecidas, la contaminación medioambiental y el constante uso de fármacos, somos especialmente vulnerables a sufrir alteraciones de la función digestiva. En consecuencia, hoy en día somos más vulnerables a sufrir una variedad de enfermedades crónicas, algunas digestivas y otras muchas no.
La clave para gozar de una buena salud radica siempre en la prevención.
De ahí viene el dicho “más vale prevenir que curar”. Posiblemente, la prevención más eficaz que podemos hacer es aportar al organismo una buena alimentación (“que tus alimentos sean tu medicina…”), y también favorecer las buenas digestiones.
SALUD DIGESTIVA. Un viaje a través de nuestro sistema digestivo Decálogo básico para una buena digestión:
• Organizar el horario para las distintas comidas y mantenerlo todos los días.
• A la hora de comer hay que evitar las prisas, evitar las preocupaciones a causa de los problemas cotidianos, leer y sobre todo discutir.
• Gran número de problemas digestivos están relacionados con una masticación insuficiente. Estos problemas desaparecen si se sigue el consejo de Gandhi: "No traguéis los alimentos sólidos hasta que no estén tan masticados que se hagan líquidos".
• No tomar líquidos durante la ingestión porque impiden la adecuada insalivación de los alimentos. Los jugos gástricos del estómago se diluyen con el agua, por lo tanto, el estómago se ve precisado a producir más jugos gástricos de los necesarios, lo cual produce la famosa “acidez”.
• El descanso (pero sin tumbarse) cuando se termina de comer es indispensable para realizar una buena digestión ("la comida reposada y la cena paseada").
• La cena debe ser ligera ("cena de pobre"), sin carne ni ensaladas de hortalizas crudas. Lo mejor son las sopas y los purés. Además, conviene cenar lo más temprano posible (como mínimo, dos o tres horas antes de acostarse).
• No solventes tus disgustos y contrariedades atiborrándote de comida; cuando la angustia o el nerviosismo te impulse a comer, evítalo y sal a caminar. Recuerda que masticando mucho es más fácil saciarse antes y, por lo tanto, se come menos.
• Sigue una alimentación viva y variada. Con el tiempo conseguirás despertar tu "instinto natural" y sabrás elegir los alimentos que más te convienen y prescindir de los que te desequilibran. El mejor médico de tu persona eres tú mismo.
• Es recomendable adquirir algún libro de cocina de alimentación energética sana para enriquecer la variedad de los platos que prepares.
• Un cuerpo sano podrá metabolizar alimentos o sustancias no adecuadas (bebidas alcohólicas, café, dulces, etc.), pero siempre que goce de buena salud y estas sustancias se tomen en pequeñas cantidades.
Tomando muy de vez en cuando estas sustancias, en caso de que nos apetezcan, romperemos la monotonía de la dieta y nos sentiremos más libres. Pero recuerda que, si se saturan las vías de eliminación, se romperá el equilibrio del organismo y aparecerá la enfermedad.

RECOMENDACIONES SALUD HOLISTICA

Terapias emocionales: BODY HARMONY
Acupuntura
Alimentación energetica

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