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miércoles, 1 de diciembre de 2010

FLORES DE BACH PARA NIÑOS






Las flores de Bach no reemplazan a los medicamentos, pero sí ayudan a estabilizar las emociones que desequilibran en los niños. Cabe recordar que la medicina alopática y la natural son dos caminos tan distintos que uno no puede reemplazar al otro, sino que se complementan

Pintar nuestro propio cuadro                                              

Una niña pequeña ha decidido pintar una casa para el cumpleaños de su madre. En su pequeña mente la casa ya está pintada: sabe cómo ha de ser hasta los más mínimos detalles, y ahora debe transportar esa idea al papel. Coge su caja de pinturas, el pincel y un trapo y, llena de entusiasmo y felicidad, se pone al trabajo. Toda su atención y su interés se concentran en su labor, nada puede desviarla de lo que está realizando en ese momento. El cuadro está puntualmente listo para el cumpleaños. La niña ha plasmado su idea de la casa tan bien como ha podido.
Es una obra de arte, ya que lo ha pintado ella sola, cada pincelada era fruto del amor que sentía hacia su madre; cada ventana, cada puerta, fue pintada con la convicción de que tenían que estar exactamente ahí. Aun cuando pareciera un almiar, era la casa más completa que jamás haya sido pintada. Ha sido un éxito, por que la pequeña artista ha puesto todo su corazón y toda su alma, toda su vida, en realizar esa pintura. Eso es salud: éxito y felicidad, y un auténtico servicio al prójimo, servir a nuestra manera a través del amor en una completa libertad. Venimos al mundo con el conocimiento del cuadro que debemos pintar y hemos trazado ya el camino a través de nuestra vida. Todo lo que nos queda por hacer es darle forma. Recorremos nuestro camino llenos de alegría e interés, y concentramos toda nuestra atención en el perfeccionamiento de ese cuadro, poniendo en práctica, lo mejor que podemos, nuestros pensamientos y objetivos en la vida física del entorno que hemos elegido. Si desde el principio hasta el final perseguimos nuestros ideales con todas las fuerzas que poseemos, si aspiramos a que nuestros deseos se hagan realidad, entonces no existe el fracaso, sino más bien al contrario, nuestra vida se hace marcadamente exitosa, sana y afortunada. La historia misma de la pequeña pintora deja claro cómo las dificultades de la vida influyen en ese éxito y en la salud, pudiéndonos apartar del sentido de nuestra existencia si lo permitimos. La niña pinta febril y felizmente en su cuadro cuando de repente pasa alguien por su lado y opina: “¿Por qué no pintas aquí una ventana y ahí una puerta? También, el camino de entrada debería cruzar así el jardín.” Esto tendrá como consecuencia el que la pequeña pierda por completo el interés en su trabajo. Quizá siga pintando, pero ahora está plasmando sobre el papel la idea de otra persona. De alguna manera, le enfada, irrita, la hace infeliz y tiene miedo de rechazar esas propuestas. Quizá comience a odiar el cuadro y probablemente lo haga añicos. En realidad, la reacción que tenga depende del tipo de personalidad del niño. Cuando el cuadro esté listo, es probable que en él sea fácilmente reconocible una casa, pero el cuadro es incompleto y un fracaso, porque representa la interpretación del pensamiento de otra persona y no la interpretación del niño. Como regalo de cumpleaños ha perdido su valor, por que ya no podrá ser terminado a tiempo, y la madre tendrá que esperar un año más al regalo. Ésta es la enfermedad: la reacción de la injerencia. Es un fracaso e infelicidad transitoria que se establece en nuestras vidas cuando permitimos que otros se inmiscuyan en el sentido de nuestra existencia sembrando la duda, el miedo o la indiferencia.











 

Porqué lloran los bebés según los gestos de la cara y  la intensidad del llanto.
Si el bebé llora con los ojos cerrados, significa que tiene una dolencia patológica. Si lo hace con los ojos entreabiertos, es que está enfadado y si los tiene abiertos es por miedo a algo exterior.

Cuando tienen entre 7 y 8 meses, los niños lloran por miedo, mientras que las niñas por dolor.


Fuente: Edward Bach
La filosofía del DR. Bach se basa en el principio de que sí podemos ser nosotros mismos y hacer lo que nos vuelve felices, no solo cosecharemos los beneficios de una vida satisfactoria y realizada, sino que además seremos dueños de nuestro propio destino.


Los niños responden con rapidez y mucha efectividad a los remedios florales de Bach. Los padres que han dado remedios florales de Bach a sus hijos a menudo se han quedado sorprendidos por el efecto positivo de las esencias. Los remedios florales de Bach son 100% seguros y naturales para los niños. La dosificación para niños y adultos son iguales.
Al escoger las Flores de Bach para los niños no solo tenemos que tomar en cuenta lo que nos dicen, sino cómo se comportan, cómo interactúan con otros niños o con los adultos, cómo juegan. ¿Son capaces de entretenerse solos o se aburren fácilmente? ¿Se sienten frustrados cuando no pueden hacer bien una tarea, o lo intentan de nuevo pacientemente?. Necesitamos considerar su comportamiento, su estado de ánimo y personalidad en estos términos, y confrontar el comportamiento negativo con el comportamiento típico niño.
Todos los niños son diferentes y ha de considerarse, por tanto, su carácter individual al elegir los remedios que les ayuden.


Expresión emocional del bebé

Las emociones, de acuerdo a la psicología, son un sentimiento o percepción de los elementos que se expresan físicamente, pueden ser mediante reacciones o expresiones faciales o el pulso cardiaco  o se manifiestan a través del llanto, como en el caso de los bebés.

Dentro de los cambios fisiológicos que provocan las emociones están los que se producen en la cara o rostro. El bebé o niño pequeño antes de que pueda expresarse o comunicarse con los padres verbalmente, puede expresarse mediante gestos y sonidos que revelan su estado de ánimo, reclaman atención, mantienen el contacto y sobre todo avisan si existe algún problema o trastorno.

Es precisamente en este proceso de comunicación no verbal en que el rostro del bebé toma un papel trascendental. A través de los gestos los seres humanos nos comunicamos y esto facilita las relaciones afectivas.

Por su parte, el desarrollo emocional necesita un proceso de maduración que irá favoreciendo al florecimiento de las emociones. Durante las primeras semanas de vida del bebé no aparecen verdaderas reacciones emocionales, aun cuando puedan aparecer gestos que nos hagan interpretar erróneamente su existencia. Y desde luego, mucho menos los gestos que aparecen en el feto, que son fruto de la actividad refleja y no emocional.

Durante los tres primeros meses de vida del bebé, los procesos madurativos y de aprendizaje ya permiten la aparición de las emociones primarias. Emociones como la sorpresa o interés, emoción que se centra fundamentalmente en la curiosidad por el entorno que rodea al niño; la alegría o placer ante estados fisiológicos positivos o ante la interacción social; el asco, ante situaciones desagradables fundamentalmente gustativas u olfativas, aunque no exclusivamente; la tristeza, que suscita conductas de empatía en los cuidadores; la ira o protesta ante cualquier frustración o malestar; y el miedo como reacción ante amenazas inesperadas.

La expresión facial de las emociones

Existen cuatro tipos de signos que ocurren en la cara o rostro que nos dan información vital para identificar sus necesidades:

  1. Signos faciales estáticos: están permanentes en la cara y ayudan a dar la apariencia única de la persona y que ayuda a diferenciarnos del resto.
  2. Signos faciales lentos: son cambios en la apariencia de la cara, y es gradual, como las arrugas y cambios en la textura superficial de la cara, nos ayudan a conocer la edad de un bebé.
  3. Signos artificiales: son rasgos determinados exógenamente como el peinado, el uso de lentes oculares o los cosméticos. Estos nos dan una determinada estética.
  4. Signos rápidos: representan los cambios que tienen una duración breve y que aparecen cuando muestran las emociones; estos nos permiten comprender lo que siente y le pasa.

Aprende a conocer las principales emociones que presentan los bebés:

  • Dolor: podemos identificar un rostro que muestre dolor porque el bebé hace descender y junta las cejas, eleva las mejillas y reduce la apertura de los parpados, cierra los ojos, frunce y arruga la nariz, desciende la mandíbula y abre la boca.
  • La sorpresa: la expresión facial de la sorpresa se caracteriza por la elevación de la parte interior de las cejas, elevación de párpado superior, descenso de la mandíbula y abertura pronunciada de la boca.
  • La ira: la ira se identifica porque se eleva la parte exterior de las cejas, elevación de los párpados inferiores y reducida apertura de los mismos, elevación de la barbilla y la tensión en los labios.
  • El miedo: se identifica por la elevación de la parte interior de las cejas, por la elevación del parpado superior, el alargamiento de la comisura de los labios y la separación de los mismos.
  • El asco: cuando se produce la emoción del asco aparece un descenso y unión de las cejas, elevación de las mejillas, reducción acentuada de la abertura de los parpados, nariz fruncida y arrugada, y elevación de la barbilla.
  • La tristeza: podemos identificar una expresión facial de tristeza por la elevación de la parte interior de las cejas, descenso de las comisuras de los labios, que incluso pueden estar temblorosos, y elevación de la barbilla.
  • La alegría: la alegría es una de las emociones que mejor se reconoce por su expresión facial. Podemos identificar un rostro alegre por el desplazamiento de la comisura de los labios hacia atrás y arriba, separación de los labios, elevación de las mejillas y reducción de la apertura de los parpados.

El llanto del bebé

El llanto es la principal forma de comunicación del bebé, especialmente en lo que se refiere a la expresión de las emociones negativas. El niño llora cuando tiene hambre, si tiene miedo, en el caso de que esté enfadado o si siente dolor.

El llanto del recién nacido tiene dos características típicas:


  • Desde el nacimiento su duración e intensidad se incrementan hasta alcanzar un pico a las 6 semanas de edad aproximadamente, a partir del cual va decreciendo paulatinamente; en muchos casos, a partir del segundo mes el llanto es autorregulado por el bebé si se le entrega un objeto que lo tranquilice.
  • Es más frecuente durante las horas nocturnas. Estos patrones de llanto son universales, se dan en los bebés de todas las culturas. La mayoría de los niños incrementan la frecuencia y duración del llanto a lo largo del día, siendo las horas anteriores a la noche en las que es más frecuente; el llanto también varía en relación al tono, desde el lamento y el gimoteo que permiten al cuidador discriminar sobre qué hacer. La duración, al igual que el ritmo, aportan también información a los padres o al que lo está cuidando, poniéndole sobre aviso en caso de patrones anormales.

Los gestos faciales están relacionados con la experiencia emocional, pero también sirven para comunicarse con los demás. Por ello, existen patrones comunes en la expresión facial de diferentes bebés, además de manifestaciones propias debidas a diferencias personales, sexo, edad, temperamento y experiencias cotidianas (como por ejemplo la reacción que tengan los padres ante las expresiones de los bebés).
Las dos formas más características que tiene el bebé para expresar las diversas experiencias afectivas y comunicar diferentes necesidades o demandas son reír y llorar. Ambas son manifestaciones de estados de bienestar o malestar, respectivamente. Son la respuesta a las emociones de tono hedónico positivo ante situaciones agradables y la respuesta a las emociones de tono hedónico negativo ante situaciones peligrosas o desagradables.


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